¿Merece la pena servir y sacrificarse por nuestra Patria? Esta interrogante me llena el pensamiento desde la ocurrencia de hechos lamentables, acusaciones infundadas, persecuciones, manipulaciones, orquestadas desde el poder contra quienes hacen la función de oposición o contrapeso del poder desmedido aglutinado por algún grupo político, muchos hemos sido víctimas de la intolerancia que arropa a nuestra Patria.
¡Sin dudas la realidad de la intolerancia en nuestro país, me ha puesto a repensar muchas cosas!
¿Vale la pena luchar contra la mediocridad de un modelo político clientelista y autoritario? Ese sistema estima el personaje de menos valores morales y menos preparación intelectual, solo por el hecho de tener a su disposición un partido, sindicato, banda o una gran fortuna. ¡Todo esto sin importar el valor social del individuo!
¿De verdad hay que arriesgarse a combatir eso? Ese modelo tan alejado de la búsqueda del bien común, que no soporta ni las críticas y mucho menos los procesos democráticos o los debates de ideas, ¡sin ofenderse o creer que es un duelo en el Viejo Oeste!
¿Realmente se puede luchar contra este modelo tan arraigado en nuestro sistema? Un sistema que deplora la ley y aplaude el desorden. Unos políticos que prefieren una partidocracia sin regulación, sin Ley de Partidos Políticos, para poder llevar a cabo sus planes descontroladamente, en perjuicio de la sociedad, que diariamente exige mayor transparencia y mayor respeto en las decisiones que se toman desde los espacios de poder.
Llegue a la conclusión que sólo Dios tiene respuestas a esas interrogantes. Solo él puede saber exactamente quién ganará esta lucha entre hermanos Dominicanos. De un lado los valores, el conocimiento y la búsqueda del bien común y del otro el desorden, la intolerancia, la violencia, la corrupción y la impunidad.
Lo único que tengo por sentado y de lo que puedo ser garante es que ¡no dejare de luchar! En mi hay un soldado que busca reivindicar nuestra Patria. Esta Patria que es hermosa, cual bella canasta de manzanas que apesta solo por unas cuantas podridas. ¡Lucharé hasta perder la vida! O hasta lograr una Patria más justa, equitativa, con valores y donde la Corrupción y el Clientelismo no tengan cabida. Algunos dirán que soy un soñador. Yo les diría que no soy el único! Somos más los que queremos una Patria Libre de los flagelos que hoy atentan contra todos nuestros hermanos.
Mañana es muy tarde, hoy es el día.