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Coronavirus en México: “Salgan a comer, sigan con su vida normal”, dice el presidente López Obrador

En un insólito video, AMLO instó a los mexicanos a salir, y aclaró que él les dirá cuando no deberán hacerlo.

«Mexicanos, vamos para adelante y no dejen de salir». El presidente de México Andrés Manuel López Obrador, instó este domingo en un video a su pueblo a salir a las calles, a las fondas, a comer… a pesar de la pandemia de coronavirus que se duplica en casos en el país azteca. La frase, entre otras declaraciones imposibles del mandatario, como que los mexicano son una suerte de etnia fuerte que puede contra este tipo de pestes, se suma a una larga lista de medidas que van contra la corriente de que lo otros países y la misma OMS dictamina para impedir que el brote se siga extendiendo.

En la redes sociales, la crítica le cayó encima como una piedra, mientras otros mexicanos buscan protección en amuletos religiosos para protegerse de la infección.

López Obrador, AMLO como le dicen, se negó a cerrar la frontera con Estados Unidos. «No se cierra», sentenció su canciller Marcelo Ebrard. También se negó a declarar el toque de queda y presumió tener un trébol para la suerte.

«Yo respeto la decisión de otros países, nosotros no necesitamos eso (el toque de queda)», dijo.

Con 120 millones de habitantes, la mitad de ellos pobres, México cuenta solo con 4.372 camas para terapia intensiva.

Tampoco quiso abandonar los abrazos. Por el contrario reivindicó la cercanía en tiempos de coronavirus. Y aconsejó a sus detractores que lean «El amor en tiempos de cólera».

Pero la gota que rebalsó el vaso fue este video que se difundió en las redes, en el que junto a una mujer vestida en ropas tradicionales, llamó a la gente a salir.

«Todavía estamos en la primera fase», explica en el video.

«Yo les voy a decir cuándo no salgan. Pero si pueden hacerlo, y tienen posibilidad económica, pues sigan llevando a la familia a comer, a las fondas, porque eso es fortalecer la economía familiar, popular. No hacemos nada bueno, no ayudamos si nos paralizamos sin ton ni son, de manera exagerada. Vamos a seguir haciendo la vida normal, y el presidente les va a decir cuando hay que guardaos», recitó, tranquilo sentado a una mesa con algunos bocados, mientras de fondo se escuchan pajaritos.

Según los últimos números, en México en 7 días, los contagios crecieron 496%.

 

Pasaron de 53 a 316.

«AMLO ya no tiene contacto con la realidad», reaccionó un usuario en Twitter al compartir el video insólito del presidente.

Una columna de opinión publicada en el diario El Universal lleva por «AMLO no termina de creer en el coronavirus», una pandemia que ya dejó en el mundo 15.000 muertos y se expande como aceite por todo el globo, dejando cientos de miles de contagiados, según las cifras más cuidadas. Se estima que existen otros cientos de miles de casos asintomáticos o no revelados, sin contabilizar.

El ya célebre «quedarse en casa» o «distanciamiento social» tiene que ver justamente con esos casos que no presentan síntomas que contagian al 80 por ciento de los infectados. «Guardarse» en vez de «ir a las fondas» es la receta en todo el mundo para frenar la epidemia. Menos en México.

«Este Señor parece que lo tienen aislado del Internet, es bien irresponsable, ¿será que él cree que va a poder con tanto enfermo o su intención es que muera gente? Pensé era más inteligente AMLO», escribió otro usuario en las redes.

Amuletos

La estrategia del presidente de seguir la vida normal y buscar protección en amuletos es seguida por buena parte de los mexicanos, como Marisela Hernández, de 69 años, que sale de la Basílica de Guadalupe en México sin más compañía que el retrato pequeño de un santo, con una oración inscrita al reverso, y que ella cree «suficiente» para protegerse del COVID-19.

Yo confiada en que Dios y San Ignacio de Loyola nos van a proteger de todo esto que está pasando con esa enfermedad», dice esta viejita delgada, de menos de 1,50 m de estatura, antes de ir a trabajar como obrera en una fábrica de ropa en la que, explica, trabaja codo a codo con otras ancianas; todas en el peor grupo de riesgo para coronavirus.

Días atrás, López Obrador mostró a la prensa amuletos religiosos cuando se le preguntó cómo se protegía, a sus 66 años, de la pandemia que en México afecta a por lo menos 251 personas y ha matado a dos.

«Son mis guardaespaldas», dijo López Obrador, un creyente declarado, tras sacar de su cartera un «Detente del Sagrado Corazón de Jesús» y otros talismanes.

¿Estrategia política?

«Más que un homo religiosus es un animal político. Usa lo religioso en su discurso como una manera de identificarse con el interlocutor popular«, dice Bernardo Barranco, experto en catolicismo contemporáneo de la Escuela de Altos Estudios Sociales de París.

López Obrador, quien durante su toma de mando celebró con indígenas una ceremonia chamánica, aparece como un presidente «milagrero, providencialista» y poseedor de «un pensamiento mágico», apunta Barranco.

«Puede resultar muy arcaico, poco común para lo que se requiere de un jefe de Estado», añade.

Otra interpretación del discurso religioso del mandatario es que se trata de un mensaje para los más pobres: que se refugien en su fe ante la crisis y probable colapso del sistema de salud nacional.

Con 120 millones de habitantes, la mitad de ellos pobres, México cuenta solo con 4.372 camas para terapia intensiva.

«Muy probablemente, en esta otra lectura, se dirigía a la gente jodida que solamente tiene en su fe, en su religiosidad popular, el consuelo frente a las desgracias», remató Barranco.

Con información de agencias

 

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