Ganar la lotería y hacer lo que uno quiera es algo con lo que sueñan todos los mortales sobre la Tierra. Ese pensamiento mágico se hizo realidad hace 10 meses para la británica Laura Hoyle y su novio Kirk Stevens, cuando la suerte les cambió la vida. Sin embargo, no se las cambió para bien.
Laura trabajaba en una empresa de logística de Hucknall, una pequeña ciudad cercana a Nottingham, en el centro de Inglaterra, pero un billete de lotería que compró con el dinero familiar hizo que se convirtieran en millonarios. Kirk es ingeniero aeronáutico en Rolls Royce, donde decidió seguir trabajando, quizás imaginando un final no feliz para su historia.
Tanto disfrutaron los primeros meses que hasta se dedicaron a cazar fantasmas junto a su marido, un viejo hobby que siempre quisieron llevar adelante pero tener. Vivían en el departamento que él alquilaba, dado que los ingresos de la mujer no alcanzaban para mucho.
Ambos ganaron el Set For Life , un sorteo muy famoso en el Reino Unido, cuyo premio fue de 10.000 libras mensuales para los próximos 30 años, lo que significa que se pasará 360 meses cobrando más de 11.000 dólares puntualmente. Lo primero que hicieron cuando cobraron el primer cheque, el 1° de marzo de 2022, fue comprarse un Porsche.
El 1 de marzo, Laura y Kirk recibieron el cheque de 10 mil libras por mes durante 30 años a nombre de ambos.
Cuando en marzo Laura Hoyle ganó el juego ‘Set for Life’, algo así como ‘Te arreglamos la Vida’, sacó la cuenta y asumió que tendrá 4,5 millones de dólares en lo próximos 30 años. Y en medio de todo eso, la pareja empezó a atravesar sus primeros malos momentos. Hasta que todo desembocó en un escándalo que hoy ocupa las primeras planas de la prensa inglesa.
Tras ganar la lotería empezaron a gastar el dinero. paralelamente nacieron los conflictos de pareja. «Yo notaba que ella cada día se alejaba más de mi», dijo el hombre.
«Hasta le propuse casamiento a ella, con el consentimiento de sus padres. Ambos habíamos estado casados antes y cuando nos juntamos por primera vez, Laura me dijo que no le molestaba volver a casarnos«, afirmó triste el robusto ingeniero, quien pronto se dio cuenta del engaño.
Laura y Kirk se dedicaron a una de las pasiones que tenía ella: cazar fantasmas. Una historia de amor que el dinero logró romper.
Dado que el boleto ganador se compró con la tarjeta de ella, Hoyle empezó a recibir el dinero en su cuenta de banco. Y después de su victoria, la pareja hizo un depósito a futuro para comprar una casa nueva de 650.000 dólares, en Linby, Nottinghamshire. El detalle fue que la casa fue puesta a nombre de la Laura, por ser la ganadora «legal» del premio.
Hace pocos días, el conflicto sentimental terminó de estallar: con la casa lista para mudarse, ella abandonó a Kirk y se fue allí a vivir sola. Además, dejó de pasarle plata correspondiente al premio que semanalmente cobra.
«Esa también debería ser mi casa. La elegimos juntos. Era mi sueño». dijo Kirk a distintos medios de prensa británicos.
“Dejó muy claro que no iba a dividir el dinero conmigo. Hasta que nos separamos, Laura me pagaba mil libras esterlinas al mes, pero dejó de hacerlo cuando se mudó», contó al hombre.
“Ella ahora afirma que ese dinero que me pasaba era en concepto de ‘alquiler’ y que no lo pagaría ahora que se había ido”, siguió contando.
Laura Hoyle y Kirk Stevens pasaron de ganar la lotería y vivir un sueño juntos a separarse y entrar en juicio.
Así, Kirk quedó atado de pies y manos. Insiste en que la mujer le debe dinero por el premio que ganaron juntos. Pero es un área gris para las leyes, ya que no estaban casados y el boleto se compró a nombre de Laura, aunque el cheque que recibieron para hacer la foto publicitaria de la lotería haya estado a nombre de los dos.
“Solo quiero un porcentaje de lo que ganamos, el 10%. Si continúa pagándome mil libras esterlinas al mes, felizmente me iré sin decir nada ni realizar acciones legales. Ella ni siquiera lo notará porque se quedará con mucho más», dijo el hombre.
Por estas horas, la prensa inglesa está tratando de conseguir el testimonio de la mujer, pero hasta el momento ella no quiere hacer declaraciones públicas.