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Pamukkale: así es el «castillo de algodón» de Turquía

Pamukkale es de esos lugares del planeta que parecen irreales, cuya existencia solo se podría explicar en una película. Las pequeñas y numerosas piletas naturales de un color turquesa intenso están enclavadas en una montaña blanca, creando un paisaje surrealista.

El “castillo de algodón”, por la traducción del nombre al español, es uno de los sitios turísticos más visitados de Turquía (Türkiye es el nombre oficial del país desde 2022).

Pero hay que decirlo, está lejos de todo. Se ubica al suroeste del país, a 620 km de Estambul, a casi 200 km de Éfeso y a 265 de las famosas playas de Bodrum. Pero quienes dispongan del tiempo para hacer este viaje, sin dudas, conocerán uno de los paisajes más lindos del mundo.

Pamukkale, una maravilla natural. Foto Shutterstock.
Pamukkale, una maravilla natural. Foto Shutterstock.

Cómo es Pamukkale

Desde lejos, en la ruta, se puede divisar el color blanco que podría ser confundido con nieve o sal, pero que en verdad son residuos de carbonato de calcio, entre otros minerales, que quedaron depositados de las aguas termales.

Este escenario natural está emplazado en un parque donde hay otros atractivos como un parque termal y otro gran imperdible, Hierápolis, una ciudad antigua nombrada Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO de la que quedan de pie el teatro, templos, fuentes monumentales, el gimnasio y tumbas.

Los visitantes pueden caminar entre los piletones. Foto Shutterstock.

 

Sin embargo, la mayoría de los visitantes llegan atraídos por estas piletas enclavadas en la montaña, que dan la sensación de estar en una cascada congelada o en una escena de Narnia.

Lo mejor de este sitio es que no solo es para mirar y contemplar, sino que es posible adentrarse en él: los visitantes deben sacarse el calzado para caminar por las piletas.

Estas son poco profundas, el agua no llega más que al tobillo y es calentita. Pero el piso está lejos de tener la textura suave del algodón. Tiene una superficie porosa y dura por la que no es tan fácil trasladarse, los pies duelen.

El «castillo de algodón» y las ruinas de Hierápolis de fondo. Foto Shutterstock.

 

De todas maneras, siempre hay ganas de seguir avanzando en búsqueda de la mejor foto, cosa que no es fácil conseguir: tiene que salir todo el paisaje, el visitante tiene que estar conforme con la pose, y lo más difícil, que ningún otro turista aparezca de fondo.

Si bien en cualquier momento del día la postal es asombrosa, el mejor momento para visitar este lugar, aunque también es el más concurrido, es durante la tarde para ver la puesta del sol. El piso blanco y las piletas se tiñen de naranjas y rosados creando un paisaje aún más impresionante.

Puesta del sol en Pumakkale. Foto Shutterstock.

Otra forma de conocer este sitio es desde el aire. Si bien Capadocia es famosa por los vuelos en globos aerostáticos, acá también se ofrece esta excursión con la que se tienen vistas de todos los puntos de interés.

 

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