La vitamina C es un nutriente necesario para el cuerpo humano. Sin embargo, al no poder producirlo por sí mismo, es importante tener conciencia de qué cantidad de vitamina se consume diariamente, y de qué forma consumirlas para aprovechar al máximo cada una de sus virtudes.
Con la llegada del frío, es común que las personas comiencen a sufrir diferentes tipos de gripes como consecuencia del cambio de clima. Si bien existen diversos remedios que permiten combatir este tipo de enfermedades, la naranja es una gran fuente de vitamina C que permite prevenir resfriados y otro tipo de enfermedades.
En cuanto a enfermedades como el resfriado, la vitamina C es imprescindible para contribuir con el sistema inmunológico.
Al hablar de este tipo de vitamina, rápidamente se lo asocia con la naranja debido al gran porcentaje de nutrientes que contiene esta fruta.
Casi todas las frutas y verduras poseen vitamina C.
La naranja es un antioxidante por naturaleza que ayuda prevenir la oxidación celular. Además de betacaroteno, aporta fibra, agua y vitaminas B y C, lo que presume una mejor absorción del calcio y del hierro y una fuente de beneficios para quienes padecen de anemia.
Al tratarse de una vitamina hidrosoluble, el cuerpo es el encargado de eliminar los excedentes que haya almacenado en el cuerpo a través de la orina (con excepción de la vitamina B12 que puede almacenarse en el hígado), por lo que es clave consumir este tipo de alimentos constantemente para aprovechar al máximo sus beneficios.
En ese sentido, su consumo es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo en los más jóvenes. También conocida como ácido ascórbico, es un nutriente que funciona como antioxidante y colabora en la protección de las células.
La vitamina C está disponible en muchas frutas y verduras.
Por otro lado, en uno de sus libros el Nobel de Química Linus Pauling realizó una investigación en la que concluyó que, consumiendo diariamente el porcentaje necesario de vitamina C, las posibilidades de contraer una gripe reduce en un 45%.
Sumado a esta fruta, el resto de los vegetales de color naranja también son muy ricos en betacarotenos, una sustancia carotonoide con un gran poder antioxidante. Esta sustancia permite disminuir la acción de los radicales libre y también contribuyen en el cuidado del sistema respiratorio.
Este tipo de frutas y verduras también contribuyen para retrasar el envejecimiento prematuro y el riesgo de sufrir enfermedades del corazón. Además, también posee grandes porcentajes de minerales como potasio y calcio que ayudan a regular la presión arterial.
Los cítricos, fuente de vitamina C.
Los alimentos con mayor porcentaje de vitamina C provienen de jugos naturales o a través del consumo de la fruta o verdura (sin cocinarla previamente). Entre las más ricas en este tipo de nutrientes se encuentran las naranjas y pomelos, el melón, los frutos rojos como las frutillas, frambuesas y arándanos, sandía, mango y kiwi.
¿Cuánta vitamina C consumir según la edad?
Al no ser un nutriente que genere el cuerpo por sí solo, las personas deberán consumir por su cuenta la dosis diaria de vitamina C que precisa. En este punto es importante remarcar que cada persona debe consultar con su médico de confianza. Los valores varían según el género de la persona y su edad.
Por su parte, el Código Alimentario Argentino, en su capítulo cinco, aconseja una ingesta diaria de 45 mg para la población promedio, 55 mg durante el embarazo y 70 mg durante la lactancia. Para poder realizar un consumo diario controlado de vitamina C, un kilo de naranjas contiene cerca de 500 mg.
A continuación, cuánta vitamina C consumir según la edad, según parámetros generales:
- Bebés hasta los 6 meses: 40 mg
- Bebés de 7 a 12 meses: 50 mg
- Niños de 1 a 3 años: 15 mg
- Niños de 4 a 8 años: 25 mg
- Niños de 9 a 13 años: 45 mg
- Adolescentes (varones) de 14 a 18 años: 75 mg
- Adolescentes (niñas) de 14 a 18 años: 65 mg
- Adultos: hombres 90 mg y mujeres 75 mg
- Mujeres embarazadas: 85 mg