Después de dar un sinfín de vueltas sobre la cama, miramos nuestro teléfono y, con sorpresa, vemos que faltan tan solo dos horas para tener que levantarnos y comenzar el día. Se trata de una situación muy frustrante que nos predispone a pensar que, por no poder dormir, en el resto de la jornada todo saldrá mal.
Cuando no podemos dormir al menos siete u ocho horas, el cuerpo se resiente y el cerebro suele quedar más somnoliento.
De hecho, una serie de investigaciones demostró que las personas privadas de sueño tienen tiempos de respuesta más lentos, problemas para tomar decisiones, dificultad para prestar atención y peor memoria, además de sentirse más ansiosas, deprimidas y antisociales.
Una pequeña siesta de 30 minutos puede hacer la diferencia. “Es posible que ni siquiera sientas ganas de quedarte dormido, pero incluso dormir un poco de ese sueño ligero puede ayudar a que tu cerebro descanse un poco y aumente su rendimiento”, aseguró la profesora de medicina familiar y preventiva de la Universidad de Utah, Kelly Baron, a The New York Times.
Para mejorar el estado de alerta y la cognición, la cafeína es la aliada perfecta. No obstante, su consumo debe ser limitado, ya que si bien te puede “activar”, también puede aumentar los sentimientos de ansiedad y nerviosismo, sobre todo cuando te falta el sueño.
Cómo salvar tu día y recomponerte después de una mala noche sin poder dormir.
Distintos estudios sostienen que el ejercicio regular puede contrarrestar los síntomas de la falta de sueño a largo plazo y que, además, mejora el rendimiento inmediatamente después de haber dormido mal una noche.
Para aumentar el estado de alerta, la académica Soomi Lee, académica de desarrollo humano y estudios familiares de la Universidad Penn State, recomendó una caminata al mediodía para recibir luz del sol y, de paso, aprovechar de hacer un poco de ejercicio.
Además, los expertos recomiendan no manejar si has pasado la noche en vela, pues ese estado equivaldría a estar “legalmente borracho”. En la misma línea, tenerse paciencia a sí mismo para terminar las tareas del día y evitar tener conversaciones importantes o pesadas, pues la falta de sueño puede volverte más irritable y reactivo emocionalmente.