En 1837, el empresario francés Thierry Hermès fundó la compañía a la que da nombre su apellido como un taller de arneses y sillas de montar para los nobles europeos. No podía imaginar que, casi dos siglos después, esa compañía no solo seguiría en pie, sino que se habría convertido en una lujosa firma de moda que tendría como prescriptoras a las estrellas internacionales del momento, como Madonna, Nicole Kidman, Julianne Moore o Jennifer Lopez. Hermès ―la empresa―, que factura 11.600 millones de euros anuales y vale 202.000 millones en bolsa, ha llenado de prosperidad a las sucesivas generaciones de la familia de Hermès ―el empresario― durante décadas sin llamar la atención. Hasta ahora, cuando Nicolas Puech, descendiente de la quinta generación y primer accionista de la compañía, ha anunciado que quiere adoptar a su jardinero para convertirlo en el heredero de su fortuna.
Puech, de 80 años, soltero y sin hijos, se retiró del consejo de dirección de la legendaria firma de moda en 2014, pero todavía mantiene un 5,7% de las acciones de la compañía. De hecho, a principios de la década de 2010, la firma LVMH intentó tomar el control de la compañía, por lo que los herederos de la familia fundadora decidieron crear un holding para bloquear la adquisición. Puech fue el único en no afiliarse al mismo, por lo que también es el único que mantiene sus acciones. Gracias a ellas, posee una fortuna estimada entre 9.000 y 10.000 millones de francos suizos (entre 9.500 y 10.600 millones de euros), según la clasificación de la revista Bilan, lo que lo convierte en uno de los hombres más ricos de Suiza, donde reside actualmente en su lujosa mansión de La Fouly, un municipio de 66 habitantes. Ahora, su intención es que toda esa fortuna pase a manos de su “antiguo jardinero y manitas”, de quien se desconoce la identidad, pero se sabe que es un hombre de 51 años “procedente de una modesta familia marroquí”, según ha publicado la Tribune de Genève.
El medio suizo reveló el pasado 1 de diciembre que, dada su avanzada edad y su falta de descendencia, el magnate había remitido una carta a su abogado en octubre de 2022 para que pusiera en orden su situación hereditaria. En ella, pedía que se realizase una adopción para cederle su fortuna a su jardinero, de quien se sabe que está casado con una española y es padre de dos hijos. “En Suiza, adoptar a un adulto no es imposible, pero sí inusual”, advirtió la Tribune de Genéve. El procedimiento, según su información, aún está en proceso, pero de tener éxito el beneficiario podría heredar “al menos la mitad” de su fortuna.
Aun así, la adopción no es el principal escollo en los deseos de Puech. Al parecer, él mismo firmó un pacto sucesorio en 2011 con la fundación Isócrates, con sede en Ginebra, para donarles su fortuna tras su muerte. Sin embargo, en una nota manuscrita que data de febrero de 2023, consultada por el diario suizo, el multimillonario dio un “cambio de rumbo” y explicó que “tiene la intención de hacer otros arreglos testamentarios”, sin especificar las causas del cambio de opinión.
Cuando la agencia de noticias AFP se puso en contacto con la fundación, dedicada a la protección y promoción del debate público a través de proyectos de lucha contra la desinformación, esta admitió que acababa de conocer el deseo de su hasta hace poco presidente de anular el pacto sucesorio, pero que desconocía cualquier acuerdo alternativo. Después de conocer los nuevos planes del heredero de Hermès, el secretario general de la fundación, Nicolas Borsinger, se ha referido a ellos en una entrevista con el medio suizo como una “anulación repentina y unilateral de un pacto de sucesión, realizado gracias a un acto que debe considerarse nulo”. La fundación lamenta que “sus actividades de utilidad pública” se vean “amenazadas en su sostenibilidad” por circunstancias “que están completamente fuera de su control”.
Mientras tanto, el jardinero de Puech se mantiene callado, en su anonimato y cada vez más cerca de convertirse en multimillonario. Según las cifras publicadas por el diario italiano Corriere della Sera, podrá cobrar unos 40 millones de euros al año tan solo en dividendos.