Tiene una fortuna calculada en 2.900 millones de dólares. Conduce los destinos de SK Group, el tercer conglomerado surcoreano, desde hace años. Estuvo preso en 2013 por falsificar la contabilidad de ese gigante corporativo. La presidente del país, Park Geun-hye, se involucró en el caso y firmó su indulto. Su suegro, el general Roh Tae-woo, también fue presidente de Corea del Sur. Y su ahora ex mujer, Roh Soh-yeong, está dispuesta a terminar con su poder.
Se trata de Chey Tae-won, presidente y CEO de SK, empresa a la que retornó en 2016 tras caer en desgracia y ser resucitado gracias a un perdón gubernamental cargado de controversia. Ahora, el poderoso empresario enfrenta un juicio por divorcio que podría terminar con parte de su fortuna y con la mitad de su compañía. Es que su ex está dispuesta a cobrar la infidelidad de la que fue víctima durante años.
Chey vistió mameluco de convicto cuando en 2013 desvió casi 50 millones de dólares para tapar pérdidas de una de las filiales de SK. La firma nació en los años 60 de la mano de un tío del actual CEO. Era una pujante compañía textil hoy convertida en una corporación por la cual pasa el 8 por ciento de la economía de la nación peninsular. Hoy tiene intereses en varios sectores: telecomunicaciones, químicos, servicios financieros, microprocesadores. Park Geun-hye, “la presidente cohecho”, como se la conoció y que firmó su indulto, fue luego sentenciada a 25 años de cárcel no por este caso, sino por otros tantos en los que se comprobó que recibió comisiones a cambio de favores políticos.
Chey está separado desde el año en que fue a prisión, en 2013. Pero en 2015, el ejecutivo admitió algo que Roh Soh-yeong no le perdonaría: había tenido una amante durante años. Se convirtió así en el primer ejecutivo coreano en hacer una declaración pública de semejante calibre, lo que redundó en una humillación absoluta para Roh y su poderosa familia.
Chloe Kim durante el Nickelodeon Kids’ Choice Sports Awards en Los Ángeles, en julio pasado. Durante años fue amante de Chey Tae-won (Shutterstock).
Para peor, esa tercera en discordia era una reconocida influencer, dueña de la plataforma Cyworld. Chloe Kim es su nombre y es, además, la madre de un hijo que tuvo en total secreto con el poderoso empresario. En lo que los medios locales califican como “el divorcio del siglo”, Roh le exige a su marido más de 1.100 millones de dólares en títulos de SK. Semejante transferencia le costaría a Chey la dirección de la corporación, un puesto que nadie logró arrebatarle, ni siquiera cuando purgó meses en la cárcel.
El malogrado matrimonio lleva años intentando arreglar el divorcio de manera pacífica evitando los escándalos. Sin embargo, los términos se conocieron hace un mes, cuando Roh explotó en Facebook: “Creo que ahora es adecuado dejar que mi marido encuentre la felicidad que busca tan desesperadamente. He intentado construir, proteger y mantener unida a mi familia durante los últimos años. Incluso en los momentos más duros y humillantes esperé y me aferré a un rayo de esperanza. Pero ahora ya no veo esa esperanza”.
De conseguir los más de mil millones de dólares en acciones de SK, el poder de Chey dentro de la empresa pasaría a desvanecerse. Es que ese dinero representa el 23,5% de los títulos de la compañía, suficientes para hacer pie en el directorio y sacarle todo el poder a su ex marido. Si el divorcio le es favorable, conseguiría que perdiera el control, algo que otros ejecutivos y accionistas no han conseguido pese a los escándalos en los que estuvo involucrado, incluyendo la cárcel.
La influencia de Roh no es poca. Su familia -sobre todo su padre, Roh Tae-woo– es una personalidad política con muchísima influencia. Además, fue él quien hizo también que SK creciera aún más en los años 90, cuando firmó la privatización de un grupo telefónico surcoreano del que su por entonces yerno se vio favorecido. Las pruebas en su contra para afrontar un nuevo juicio son varias, hasta su confesión. Incluso gran parte del crecimiento de la empresa tiene que ver con las gestiones que la humillada mujer realizó con su trabajo.