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La jueza «trans» que quiere intervenir en la definición de «mujer»

Victoria McCloud hizo historia en el 2010 como la primera jueza transgénero (y la más joven) en acceder al Tribunal Superior de Inglaterra y Gales. Ensalzada durante años por su labor en defensa de la diversidad y la inclusión, decidió arrojar repentinamente la toalla en febrero por «el clima de hostilidad» hacia la identidad de género.

«Mi vida se ha politizado cada vez que decido hacer pis», declaró en el momento de su renuncia a los 54 años. «He llegado a la conclusión de que, en la situación nacional en la que estamos en el 2024, no es posible ser de una manera digna una juez «trans», asalariada y prominente en el Reino Unido».

McCloud fue hombre hasta los años noventa, cuando completó la transición. El cambio de género no dificultó su entrada y ascenso en la carrera judicial con su nombre de soltera, Victoria Williams. Hace 18 años contrajo unión civil con la psiquiatra Annie McCloud y adoptó su apellido.

Durante años ejerció como jueza sin mayores problemas, haciendo simultáneamente un llamamiento a la comunidad «trans» para acceder a las instituciones públicas. «Todo eso ha tenido un coste y, como figura pública, me he convertido en objetivo político«, reconoció. «Con el ascenso del movimiento contra la identidad de género, se ha abierto la veda, contra mí y contra muchas otras personas».

Su renuncia se hará efectiva en abril, y Victoria McCloud aspira a aprovechar su «libertad» para poder intervenir en la batalla legal que se está librando en Escocia por cuenta de la definición legal de «mujer». La magistrada cuenta con el respaldo de The Good Law Project para poder testificar en el caso de la Ley de Representación de Género en los Organismos Públicos de 2018.

La controvertida ley, impulsada por la entonces ministra principal Nicola Sturgeon, fijaba el objetivo de «representación de género» para los organismos públicos en Escocia, con la garantía de que el 50% de los miembros no ejecutivos sean mujeres.
El texto redefinía de paso el término ‘mujer’ para incluir a cualquier persona que «viva como mujer» y que al menos se «proponga [convertirse] en mujer».

El grupo For Woman Scotland impugnó la ley alegando que los «hombres biológicos» no pueden calificar como «mujeres» ni ser considerados como «representación femenina». La autora de Harry Potter, JK Rowling, implicada desde hace tiempo en la polémica «trans, ha donado 81.000 euros al grupo feminista durante la larga batalla legal.

Un alto tribunal determinó en primera instancia que el Gobierno escocés actuó más allá de su competencia legislativa al redefinir el término «mujer». La jueza Shanon Haldane dio sin embargo la vuelta al argumento al determinar que es «legal» extender la definición de mujer a mujeres «trans» con un certificado de reconocimiento de género.

«En tantos casos que afectan a las personas «trans», la propia interesada no puede comparecer en su propia defensa», ha advertido Jo Maugham, director ejecutivo de The Good Law Project, que está intentando allanar el camino para que la magistrada Victoria McCloud pueda intervenir a título personal -y una vez desprendida de la toga- en el caso ante el Supremo.

Victoria McCloud no ha podido hablar en las últimas semanas con los medios por las restricciones judiciales. Según The Guardian, la jueza «trans» ha hecho saber que si For Women Scotland logra tumbar la ley escocesa, acabará «emigrando a un país de la UE donde pueda ser reconocida legalmente como mujer» y lejos del «clima tóxico hacia las personas «trans» en el Reino Unido».

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