La política ha saltado al terreno deportivo en Francia.
El terremoto político desatado por la inesperada convocatoria de elecciones legislativas anunciada por el presidente Emmanuel Macron ha puesto patas arriba a los partidos tradicionales franceses, que se han lanzado de cabeza al barro de las alianzas electorales para intentar salvar los muebles.
Pero el temor a que la extrema derecha, clara vencedora de los recientes comicios europeos, logre una victoria en la Asamblea Nacional, ha movilizado, no sin polémica, a un colectivo que habitualmente suele mantener la neutralidad política: el del deporte.
Más de 200 deportistas y exdeportistas de todas las disciplinas firmaron este domingo una tribuna en el diario deportivo L’Équipe en la que llamaban a votar contra la extrema derecha, señalando directamente al Agrupación Nacional (RN, por su sigla en francés) de Marine Le Pen y a otro partido más pequeño, Reconquista, del polemista Éric Zemmour.
El deporte, señalan en la carta abierta, enseña que “a pesar de las diferencias”, todos formamos parte del mismo equipo, pero que la extrema derecha “explota esas diferencias y manipula nuestros miedos para dividirnos”, además de oponerse profundamente “a la construcción de una sociedad democrática, tolerante y digna”.
Los comicios se celebrarán en dos vueltas el 30 de junio y el 7 de julio, y los últimos sondeos sitúan claramente en cabeza al RN, con una intención de voto del 33%, seguido de la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular, con el 28%, y el partido de Macron, con el 18%.
Desde su publicación de la carta, la lista de firmantes a la que se han sumado también otros profesionales relacionados con el deporte ha ido creciendo hasta superar los 380. Entre ellos se encuentran los tenistas Jo-Wilfried Tsonga, Marion Bartoli o Yannick Noah; las atletas Marie-José Pérec o Monique Ewanje-Epée; el rugbista Serge Betsen o la entrenadora de balonmano Raphaëlle Tervel.
Sus voces se suman a las de futbolistas como el delantero Marcus Thuram y, sobre todo, la gran estrella del fútbol francés, Kylian Mbappé, cuyas palabras en una rueda de prensa de la Eurocopa, que se celebra estos días, han resonado en toda la escena política francesa.
“Estamos en un momento muy importante para historia de nuestro país, una situación inédita”, dijo en la víspera del debut de Francia en el campeonato el capitán del equipo nacional.
Mbappé, uno de los grandes ídolos de la juventud francesa y que cuenta con 118 millones de seguidores en Instagram, hizo un llamamiento a las generaciones más jóvenes para que fueran a votar y que no pensaran que su voz no podía cambiar las cosas.
Hoy vemos claramente, afirmó la estrella del fútbol, “que los extremos están a las puertas del poder”, dijo en referencia al partido de Marine Le Pen, pero sin mencionarlo. “Quiero estar orgulloso de llevar esta camiseta el 7 (de julio). No tengo ganas de representar un país que no se corresponde a mis valores, que no se corresponde a nuestros valores, porque creo que estamos todos en el mismo barco”, recalcó.
Más directo fue aún el delantero Marcus Thuram, que juega en el Inter de Milán y que llamó a votar porque “como ciudadanos tenemos que luchar para que no gane el RN”, dijo el pasado sábado en una rueda de prensa.
“Desconectado de la realidad”
Las palabras de Mbappé y del resto de los deportistas no han caído bien en el seno del Agrupación Nacional.
“Cuando tenemos la suerte, el honor, de vestir la camiseta de la selección francesa, hay que mostrar un poco de moderación”, dijo en una entrevista con la radio France Inter el vicepresidente del RN, Sébastien Chenu.
A muchos de los votantes de la formación “y a mí mismo” nos gusta Kylian Mbappé como jugador, afirmó Chenu, quien señaló que, aunque el futbolista “tiene derecho a tener una opinión”, no esperaba que alguien “tan desconectado de la realidad” le “diera lecciones”.
No todos en el mundo del deporte consideran que los futbolistas deban expresar su opinión política.
El portero de la selección española Unai Simon se desmarcó de las palabras de sus colegas franceses asegurando que “tenemos la tendencia de opinar demasiado de ciertos temas cuando no sé si deberíamos hacerlo porque en la sala de prensa soy futbolista”.
La tensión entre “Les Bleus” y la ultraderecha francesa tiene antecedentes.
Jean-Marie Le Pen, padre de Marine y fundador del Frente Nacional -que en 2018 cambió su nombre a Agrupación Nacional- no pareció demasiado impresionado en 1996 por el paso a semifinales del equipo de Francia en la Eurocopa de ese año.
Sí le preocupaba, sin embargo, la cantidad de jugadores de origen extranjero en el equipo. “Es un poco artificial hacer venir jugadores extranjeros y de hablar de equipo de Francia”, dijo entonces. También admiraba cómo “otros equipos cantan su himno nacional de corazón y a viva voz”, mientras que constataba, según él, “que la mayor parte de los jugadores del equipo de Francia no lo cantan o visiblemente no se lo saben”.
Poco importaba que todos los jugadores de la selección -menos uno- hubieran nacido en Francia, o que la cuestión del himno ya se hubiera observado en selecciones anteriores compuestas por “franceses de pura cepa (français de souche)”, la expresión que muchos de los seguidores de la ultraderecha utilizan para referirse a los franceses blancos.
La ejemplaridad y la neutralidad
Aunque los desencuentros tienen su historia, esta toma de posición política por parte del mundo del deporte sí que es una novedad, “sobre todo de esta forma tan clara en la que se llama a votar”, explica a BBC Mundo la analista de comunicación política Cécile Delozier.
De alguna forma, señala Delozier, “la palabra de los deportistas ha reemplazado la de los expertos o los intelectuales. Caricaturizando, antes teníamos la palabra de (los filósofos) Jean Paul Sartre o Raymond Aron, y hoy las de los futbolistas; hay una inversión de los valores”.
Los deportistas suelen mantener una neutralidad porque se asocian en el imaginario colectivo con la idea de la ejemplaridad, explica a BBC Mundo David Moscoso Sánchez, profesor de la Universidad de Córdoba y especialista en sociología del deporte.
“La ejemplaridad se construye sobre las expectativas sociales, sobre todo en el terreno deportivo y en el terreno humano, normalmente dentro de un marco de zona de confort, que son aquellas que no generan controversia ni cuestionamientos sociales”, apunta el sociólogo español.
Es por este motivo que “la mayoría de los deportistas asumen su conciencia de que son ejemplares en la medida en que se convierten en personajes públicos, y de ahí que mantengan esa neutralidad”, añade.
Sin embargo, tanto Mbappé como el resto de deportistas que se han manifestado insisten en que no se trata de unas elecciones como las demás, sino que Francia “se encuentra en un momento crucial”, y que por eso se han visto obligados a pronunciarse.
“Mbappé ha medido muy bien sus palabras cuando dice que ‘yo no hablo de política habitualmente’, pero este momento lo requiere porque somos ciudadanos por encima de todo, y no creo que debamos desconectarnos del mundo que nos rodea”, señala Moscoso.
Además, en sus declaraciones, la nueva estrella del Real Madrid se ha enfundado la bandera francesa al señalar que quiere defender los valores de la patria, un asunto espinoso que en el pasado ha generado controversia cuando algunos deportistas han abucheado “La marsellesa” en algún partido o han mostrado algún tipo de hostilidad hacia la bandera tricolor.
“Que Mbappé reivindique el amor a Francia es una declaración política fuerte, más fuerte aún que la invitación a votar por un partido u otro”, analiza Delozier.
Muchos de los futbolistas franceses, aunque hoy sean estrellas multimillonarias, proceden de ambientes humildes, de las banlieues, los barrios periféricos desfavorecidos, o de las cités, los enormes bloques de vivienda social que acogen a muchos descendientes de la migración. Es ahí, opinan los analistas, donde su mensaje puede calar más profundamente y donde podría movilizar a los jóvenes contra la abstención.
“Aunque habrá un público que pensará que este tipo de mensaje sigue siendo un discurso que les llega desde arriba, una forma de decirles ‘vosotros no sabéis lo que está bien o lo que está mal, así que os lo voy a decir yo’, y eso es justamente a lo que se opone el votante del RN”, zanja Cécile Deloizer.