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La ultraderecha gana la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia en un golpe a Macron, según las proyecciones

El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen tomó la delantera en la primera vuelta de las elecciones legislativas de Francia de este domingo, según las primeras proyecciones, mientras que el partido del presidente Emmanuel Macron cayó al tercer puesto.

Tras una participación inusualmente alta, el bloque RN ganó con el 34% de los votos, mientras que la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) quedó segunda con el 28,1% y la alianza Ensemble de Macron tercera con el 20,3%, según las primeras estimaciones de Ipsos.

Sin embargo, aunque la RN parece encaminada a obtener el mayor número de escaños en la Asamblea Nacional, podría quedarse por debajo de los 289 escaños necesarios para la mayoría absoluta, lo que sugiere que Francia podría estar abocada a un Parlamento dividido y a una mayor incertidumbre política.

Las proyecciones indican que, tras la segunda vuelta del próximo domingo, la RN obtendría entre 230 y 280 escaños de los 577 de la Cámara Baja, mientras que el NFP obtendría entre 125 y 165 escaños, y Ensemble entre 70 y 100 escaños.

La elección, que Macron convocó después de que su partido fuera derrotado por RN en las elecciones al Parlamento Europeo a principios de este mes, podría dejarlo los tres años restantes de su mandato presidencial en una incómoda asociación con un primer ministro de un partido de la oposición.

La fiesta electoral de RN en la ciudad norteña de Henin Beaumont estalló en celebración cuando se anunciaron los resultados, pero Marine Le Pen se apresuró a subrayar que la votación del próximo domingo será clave.

«La democracia habló, y el pueblo francés colocó a la Agrupación Nacional y a sus aliados en primer lugar, y prácticamente ha borrado al bloque macronista», dijo Le Pen ante una multitud de seguidores exultantes. Sin embargo, añadió: «No hay nada ganado, y la segunda vuelta será decisiva».

En un discurso en la sede de RN en París, Jordan Bardella, líder del partido de 28 años y aspirante a primer ministro, replicó el mensaje de Le Pen.

«El voto del próximo domingo es uno de los más decisivos de toda la historia de la V República», declaró Bardella.

En discursos altisonantes antes de la primera vuelta, Bardella dijo que se negaría a gobernar bajo un gobierno en minoría, en el que la RN necesitaría los votos de los aliados para aprobar leyes.

A partir de ahora se abrirá una semana de negociaciones políticas, en la que los partidos de centro e izquierda decidirán si se retiran o no en escaños individuales para impedir que la RN –desde hace tiempo un paria en la política francesa– obtenga la mayoría.

Marine Le Pen deposita su voto en un colegio electoral de Henin Beaumont, el 30 de junio de 2024. Crédito: Yves Herman/Reuters

Cuando la RN –bajo su anterior nombre, Frente Nacional– obtuvo buenos resultados en la primera vuelta de las votaciones en el pasado, los partidos de izquierdas y centristas unieron para impedirles acceder al poder, en virtud de un principio conocido como «cordón sanitario».

Después de que Jean-Marie Le Pen –padre de Marine y líder durante décadas del Frente Nacional– derrotara inesperadamente al candidato socialista Lionel Jospin en las elecciones presidenciales de 2002, los socialistas se volcaron con el candidato de centro-derecha Jacques Chirac, dándole una aplastante victoria en la segunda vuelta.

En un intento de negar la mayoría a RN, el NFP –una coalición de izquierdas que se formó a principios de mes– prometió que retiraría a todos sus candidatos que quedaron en tercer lugar en la primera vuelta.

«Nuestra consigna es clara: ni un voto más, ni un escaño más para la Agrupación Nacional», dijo este domingo a sus partidarios Jean-Luc Melenchon, líder de France Unbowed, el partido más numeroso del NFP.

«Nos espera una larga semana, cada uno tomará su decisión en conciencia, esta decisión determinará, a largo plazo, el futuro de nuestro país y el destino de cada uno de nosotros», añadió Melenchon.

Jean-Luc Melenchon recoge papeletas antes de depositar su voto en un colegio electoral de París, el 30 de junio de 2024. Crédito: Abdul Saboor/Reuters

Una gran apuesta

La decisión de Macron de convocar elecciones anticipadas –las primeras en Francia desde 1997– tomó por sorpresa al país e incluso a sus aliados más cercanos. La votación de este domingo se realizó tres años antes de lo necesario y solo tres semanas después de que el partido Renacimiento de Macron fuera derrotado por RN en las elecciones al Parlamento Europeo.

Macron se ha comprometido a cumplir el resto de su último mandato presidencial, que se extiende hasta 2027, pero ahora se enfrenta a la perspectiva de tener que nombrar a un primer ministro de un partido de la oposición, en un raro acuerdo conocido como «cohabitación».

El Gobierno de Francia tiene pocos problemas para aprobar leyes cuando el presidente y la mayoría parlamentaria pertenecen al mismo partido. Cuando no es así, las cosas pueden bloquearse. Mientras que el presidente determina la política exterior, europea y de defensa del país, la mayoría parlamentaria es responsable de aprobar leyes internas, como las pensiones y los impuestos.

Sin embargo, estas competencias podrían solaparse y llevar a Francia a una crisis constitucional. Bardella, por ejemplo, ha descartado el envío de tropas para ayudar a Ucrania a resistir la invasión rusa –una idea planteada por Macron– y ha dicho que no permitiría que Kyiv utilizara material militar francés para atacar objetivos dentro de Rusia. No está claro qué voluntad prevalecerá en este tipo de disputas, en las que la línea que separa la política interior de la exterior es difusa.

Un gobierno de extrema derecha podría suponer una crisis financiera y constitucional. La RN ha hecho grandes promesas de gasto –desde revertir las reformas de las pensiones de Macron hasta recortar los impuestos sobre el combustible, el gas y la electricidad– en un momento en el que el presupuesto de Francia podría ser brutalmente recortado por Bruselas.

Con uno de los déficits más altos de la eurozona, Francia podría tener que embarcarse en un periodo de austeridad para evitar caer en la trampa de las nuevas normas fiscales de la Comisión Europea. Sin embargo, de aplicarse, los planes de gasto de RN harían que el déficit de Francia se disparara, una perspectiva que ha alarmado a los mercados de bonos y ha provocado advertencias de una «crisis financiera al estilo Liz Truss», en referencia a la primera ministra que menos tiempo ha ocupado el cargo en la historia del Reino Unido.

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