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José Mujica afirmó que el cáncer lo dejó «deshecho» y que está «perdiendo la vida»

El expresidente de Uruguay, José Mujica, conocido por su estilo directo y su filosofía de vida, ha revelado detalles sobre su estado de salud y su lucha contra el cáncer en una entrevista con The New York Times. Mujica, quien fue descrito por el medio como un «filósofo sin pelos en la lengua», habló de cómo el tratamiento de radioterapia al que se ha sometido para combatir un tumor en el esófago lo ha dejado «deshecho». «Estoy perdiendo la vida», confesó Mujica, mostrando una mezcla de fragilidad física y fortaleza emocional a sus 89 años.

El cáncer de esófago de Mujica fue diagnosticado a principios de mayo, cuando una endoscopía reveló un tumor en el esófago inferior. A pesar de que el tratamiento de radioterapia ha mostrado resultados positivos según los médicos, el propio Mujica admitió que el proceso lo ha dejado agotado. Raquel Pannone, su médica de cabecera durante más de 15 años, comentó que si bien no se ha completado una evaluación completa de su salud, los estudios realizados hasta ahora indican que «la situación está dentro de lo previsto». Sin embargo, Mujica reconoció que el camino hacia la recuperación es arduo, especialmente a su avanzada edad y con un diagnóstico de enfermedad autoinmune.

En la entrevista, Mujica no solo habló de su estado de salud, sino que también compartió reflexiones profundas sobre la vida, la muerte y el significado de la existencia. A pesar de su enfermedad, el expresidente mantiene su característico enfoque filosófico. «La vida es hermosa, con todas sus peripecias, la amo. Y la estoy perdiendo porque estoy en el tiempo de irme», reflexionó. Mujica destacó la importancia de encontrar un propósito en la vida, algo que vaya más allá de las necesidades materiales impuestas por la sociedad y el mercado. «Eres libre cuando escapas a la ley de la necesidad, cuando gastas tiempo de tu vida en lo que a ti se te ocurre», explicó, criticando cómo la sociedad moderna ha sido consumida por el materialismo y la búsqueda interminable de posesiones.

Mujica también compartió sus pensamientos sobre el uso de la tecnología moderna y cómo, a su juicio, la humanidad ha perdido el rumbo en su búsqueda de progreso. «La culpa no la tiene el teléfono. Somos nosotros los que no estamos a la altura de la tecnología», dijo, lamentando que la gente esté más enfocada en la acumulación de bienes que en disfrutar de las cosas simples y verdaderas de la vida.

A lo largo de la entrevista, Mujica mostró su característico humor y franqueza, hablando de temas que van desde la naturaleza hasta la tecnología y la política mundial. A pesar de su estado de salud, Mujica sigue siendo una voz influyente en Uruguay y más allá, con su mensaje de sobriedad, reflexión y búsqueda de la felicidad humana en lugar de la riqueza material.

En cuanto a su visión de Dios y la espiritualidad, Mujica se mostró respetuoso hacia aquellos que creen, aunque él mismo no se identifica con ninguna fe religiosa. «El 60 por ciento de la humanidad cree en algo y hay que respetarlo», dijo, señalando que la idea de un ser supremo puede ofrecer consuelo ante la inevitabilidad de la muerte. Para Mujica, la vida es un «programa biológico» destinado a luchar por la supervivencia, pero siempre bajo la sombra de la mortalidad.

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