El partido del presidente Recep Tayyip Erdogan sufrió este domingo una contundente derrota en los comicios localesde Turquía, tras perder las principales ciudades del país y provincias clave a manos de la oposición y exiliados de su Gobierno. Las elecciones locales son percibidas como un plebiscito entre Erdogan y sus oponentes, por lo que la derrota -la primera en 22 años del mandatario al frente- es interpretada como un castigo a las políticas del Ejecutivo y la crisis inflacionaria que azota el país.
Así, la principal formación opositora, el socialdemócrata CHP, se antepuso en porcentaje de votos total ante el partido de Erdogan, el islamista AKP. El socialdemócrata CHP ganó con diferencia en las tres ciudades más grandes del país, Estambul, Ankara e Izmir, que concentran cerca del 30% de la población de Turquía. El partido opositor contaba con una gran popularidad en la costa oeste del país, pero en estos comicios ha conseguido apoyos en provincias del centro de Anatolia y del mar Negro.
La diferencia de votos fue especialmente significativa en la capital, Ankara, donde el alcalde del CHP, Mansur Yavas, renovó su cargo con una diferencia de más del 26% de votos -según resultados preliminares- respecto a su contrincante del AKP, Turgut Altinok. Sin embargo, todos los ojos estaban puestos en la mayor ciudad de Turquía, Estambul, donde Ekrem Imamoglu renovó su cargo con el 50% de los votos, según reveló el recuento preliminar. «Tenemos el 96% de los votos contados. Estamos en primer lugar con una diferencia de poco más de un millón de votos», declaró Imamoglu ante la prensa durante el recuento.
Su victoria es interpretada como un golpe de fuerza para su partido, que perdió contra pronóstico las elecciones presidenciales y parlamentarias del año pasado. Imamoglu es un político carismático que podría presentarse en las próximas elecciones presidenciales contra Erdogan, apuntan los analistas. El alcalde de Estambul ganó las elecciones en 2019 gracias al apoyo de otras formaciones opositoras. Sin embargo en los comicios de este domingo, sus antiguos aliados presentaron sus propios candidatos, aunque no llegó a restarle votos.
No fue así para el AKP de Erdogan, cuyos aliados en el Gobierno decidieron presentar sus propios candidatos en varias provincias del país, arrebatándoles cerca de una decena de provincias. El partido de Erdogan registró el peor porcentaje de voto en unos comicios locales, con el 36% de apoyo. «¿Por qué acude la gente a nuestro partido? Porque están abrumados con la crisis económica», señaló durante la campaña Fatih Erbakan, el líder de un partido ultraconservador e islamista que podría poner al AKP de Erdogan entre las cuerdas. Erbakan es hijo del ex primer ministro turco Necmettin Erbakan, una importante figura islamista en la historia de Turquía, que ejerció una gran influencia en la ideología política del propio Erdogan. Su hijo Fatih, impulsó en las últimas elecciones parlamentarias un nuevo partido islamista, Nuevo Partido del Bienestar (YRP), que ganó cinco diputados. Tras los comicios formó alianza con Erdogan en el Parlamento, pero en las elecciones locales decidió ir por separado. Basó su campaña en ofrecer una alternativa a los votantes más conservadores del país que ahora desconfían de las políticas de Erdogan. Con una estrategia de trabajo en barrios de clase trabajadora y religiosos, YRP se ha postulado como una opción fuerte para los que no quieren votar al partido de gobierno. La formación ha atizado durante la campaña su postura en la guerra de Gaza, acusando a Erdogan de criticar la ofensiva israelí pero no cortar los lazos diplomáticos con Israel. El YRP consiguió arrebatar dos provincias al AKP este domingo.
Por otro lado, la izquierda prokurda DEM aumentó el porcentaje de votos respecto a los comicios anteriores, ganando en 10 provincias del país, dos más que en el año 2019. El partido sufrió la intervención del Gobierno en 59 de sus 65 alcaldías en la pasada legislatura, por supuestos vínculos con la guerrilla kurda PKK. La formación adoptó durante la campaña una estrategia electoral diferente, apelando a un nuevo acercamiento con el gobierno para lograr un acuerdo de paz entre Ankara y la guerrilla kurda.
Después de que cerraran los colegios electorales, el partido DEM denunció intentos de fraude por parte de las fuerzas de seguridad en decenas de localidades. La formación detectó al menos 40.000 votantes que cometieron irregularidades en una decena de provincias. En esta zona del país también se vivieron graves momentos de tensión durante la jornada electoral. En la ciudad de Diyarbakir un observador electoral murió y otras once personas resultaron heridas en una pelea en un colegio electoral. En la ciudad de Mardin otros once ciudadanos resultaron heridos en una trifulca electoral.