Si se hace el ejercicio de pensar en jugadores de la NBA que han marcado la historia, Shaquille O’Neal aparece como un nombre indiscutido.
A lo largo de su carrera, el exbasquetbolista levantó tres títulos con Los Angeles Lakers y uno con el Miami Heat, mientras que también ganó el Campeonato Mundial de 1994 con la Selección de Estados Unidos en Canadá.
Esos son solo algunos de los logros que cosechó durante su trayectoria profesional.
Sin embargo, pese a que siempre destacó por su habilidad con el balón, él mismo ha reconocido que no cuidaba de su estado físico en su época como jugador.
De hecho, aquello incluso lo llevó a tener diferencias significativas con su excompañero de equipo, Kobe Bryant, quien falleció en enero de 2020.
“Si Shaq hubiese tenido mi ética de trabajo, habría sido el mejor de todos. Y nosotros, juntos, habríamos ganado más títulos”, reflexionó en una oportunidad este último, según rescató Infobae.
Pasaron décadas para que O’Neal finalmente aceptara las recomendaciones de Bryant y decidiera cuidar su forma.
Hoy, tiene 51 años y asegura que ha bajado 40 kilos con una rutina que adoptó, la cual involucra entrenamiento y hábitos saludables de alimentación.
“Si hubiera prestado atención probablemente podría haber sido como Udonis Haslem y haber jugado más 20 temporadas, pero lo hice a mi manera. Realmente no lo tomé en serio hasta que me miré al espejo seis o siete años después de retirarme. Me veía terrible. No tenía definición y, básicamente, estaba gordo. Muy gordo”, afirmó O’Neal, quien también dijo que en un momento llegó a pesar 188 kilos.
El secreto de Shaquille O’Neal con el que pudo bajar 40 kilos y mejorar su estado físico. Foto: Shaquille O’Neal.
Según declaraciones rescatadas por el citado medio, el exdeportista con 2.16 metros de altura va al gimnasio casi todos los días y hace ejercicios cardiovasculares al menos tres veces a la semana.
El experto que se encarga de asesorarlo, Destiny Moody, explicó que “esta forma de cardio implica alternar entre breves ráfagas de actividad intensa seguidas de un breve descanso”.
“Es un formato muy similar al básquet, así que estoy seguro de que Shaq no tiene ningún problema con esta forma de ejercicio para quemar grasa. El cardio promueve eficazmente la pérdida de peso, especialmente el HIIT o el entrenamiento en intervalos de alta intensidad”, añadió.
En este sentido, O’Neal precisó que hace 20 minutos de ese tipo de actividad y después trabaja “la fuerza del pecho, tríceps, bíceps, abdominales y espalda”.
Más tarde, vuelve a hacer entre 30 y 45 minutos de ejercicio al día.
Respecto a su alimentación, contó que dejó elementos como la comida chatarra, las frituras, el chocolate, el pan, los sándwiches, los pasteles y ciertas galletas con un alto número de calorías.
En contraposición, empezó a ingerir más ensaladas, pollo, frutas, verduras y batidos de proteínas. Todo esto en dosis controladas.
“La rutina se inicia con un desayuno saludable que incluye tres salchichas de pavo, cuatro claras de huevo y muchas frutas. En el almuerzo puede ser una ensalada con algo de pollo y a la noche voy con pescado o carne de vacuno, con algo más”, detalló.
Aquello, junto con tomar los descansos correspondientes, le ha ayudado a “tener más energía, sentirme mejor y poder hacer cosas que antes no podía”.
“Todavía puedo comer siempre que lo haga de manera saludable y sacando algunas cosas que no me ayudaban, como los Cheetos, los pastelitos, cosas así. Ni hablar de los sándwiches. Siempre me gustaron, para comer, cenar y merendar. Incluso a veces me levantaba a las tres de la mañana y me preparaba una bocata. Y si abría los ojos a las cinco, hacía lo mismo”.
La decisión de adoptar estos nuevos hábitos se dio hace aproximadamente dos años y bajo dos motivos principales.
Uno de ellos fue por un tema estético, mientras que el segundo fue derechamente por salud.
“Recuerdo que fui al médico luego de 11 años y me enteré de cosas que ni siquiera sabía. Como de mi apnea de sueño. Me dijo que podía causar hipertensión o accidentes cerebrovasculares. ‘Puedes morir’, me aclaró. Y yo le pregunté: ‘¿qué? ¿Puedo morir?’. Me dijo que sí, que el sobrepeso no ayudaba en nada, al contrario. Ahora todo mejoró, pero sigo durmiendo con una máquina al lado para controlar el proceso. Cuando te dice esa palabra que comienza con ‘di’ y termina con ‘e’ (die, ‘morir’ en inglés), todo cambia”, sentenció el exabanderado de los Lakers.
Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar tu caso particular y las mejores formas de tratarlo.